La mayoría de las personas tenemos la firme creencia de que los niños y los adolescentes tienen “toda la vida” por delante, por esta razón se trabaja con mucho ánimo en la educación académica y social de los pequeños. La mayoría de nosotros, ni siquiera se preocupa por educar a los niños o aprender nosotros mismos sobre el tema de la muerte, porque siempre lo pensamos muy remoto, aunque sabemos que va a llegar el día de despedirnos, no queremos ni pensar en eso.
Pero un día, un miembro de la familia enferma, y si existe un tratamiento para su curación tenemos una esperanza y generalmente toda la familia apoya de diferentes formas. Pero en algunos casos no hay respuesta al tratamiento, la enfermedad avanza, se vuelve progresiva, activa e incurable. En ese momento nos sentimos sin fuerzas, angustiados, con una gran incertidumbre, porque no sentimos que estamos preparados para asumir la muerte, el dolor y la partida.
Vamos a necesitar una gran dosis de fe, unión familiar y la valentía suficiente para afrontar el momento y ayudar al niño o al familiar en su proceso de muerte serena y digna. Pero no es suficiente, lo más indicado será buscar también la ayuda de un equipo profesional y humano debidamente preparado para que brinde los CUIDADOS PALIATIVOS.
Los Cuidados Paliativos para niños tienen como meta mejorar la calidad de vida y la de la familia. Esto se logra a través del manejo del dolor del paciente y de otros síntomas físicos (náusea, vómitos, ansiedad, disnea o falta de aire) por un profesional capacitado. Lo ideal es que el paciente pueda permanecer lo más alerta y cómodo posible. Incluso se atienden las necesidades físicas, psíquicas, sociales y espirituales del sistema familiar.
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